Fue construida entre 1671 y 1673.
Sería Don Francisco Martíne el encargado de pintar el techo de la capilla de los cinco misterios.
Se eleva sobre una ladera coronada por un gran roquedal. El acceso a la ermita es de singular belleza, ya que para acceder a ella hay que seguir un paseo flanqueado por árboles.
Desde su soportal, se tiene una magnífica vista panorámica de la parte norte del pueblo.
Esta ermita acoge a mediados de mayo su fiesta grande, con el día de la Ascensión. Ese día las gentes de la villa acuden a la ermita a rendir culto y homenaje a su patrona, ante la que desfilan los cofrades con las banderas y estandartes.
Así mismo, en las fiestas patronales, una jornada se dedica al culto y ofrenda de los vecinos del pueblo a su Virgen patrona.
Ambos días la patrona es sacada en procesión, acompañada por la música de la dulzaina y el tamboril y por las correspondientes danzas segovianas.